Pasapalabra, Boom, Ahora caigo, La ruleta de la suerte… son programas que cada día se vuelven más populares en España, concursos de televisión en los que se ofrecen grandes premios y en los que varios concursantes luchan por conseguir el gran aclamado premio, y es que uno de los grandes afortunados ha sido Fran González, quien a principio de año ganó nada más y nada menos que 1.542.000 euros del bote de Pasapalabra.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y es que, como varios ganadores de concursos similares han manifestado, gran parte del premio se queda por el camino, acabando en manos del fisco, el cual se hace con un buen pellizco del premio.
Esto ocurre desde que, en febrero de 1992, el Ministerio de Hacienda acordara retener el 25% de los premios en metálico entregados en televisión que excedieran las 100.000 pesetas.
En el caso concreto que hemos mencionado, Pasapalabra ni siquiera ingresará a Fran ese millón y medio, pues para empezar se le aplicará una retención del 19% a cuenta del IRPF, para que posteriormente, en el momento de hacer la declaración de la renta, al incluir ese dinero que ha ganado, Hacienda le tribute cerca del 48% del premio.
Es decir, en un primer lugar a Fran se le retuvieron cerca de 293.000 euros por concepto de retención del IRPF, pero posteriormente Hacienda también le cobrará unos 435.000 euros, resultando una «factura» de unos 728.000 euros. Recibiendo Fran ‘sólo’ 814.000 euros, del millón y medio que ganó.
Este ejemplo de Fran en su paso por Pasapalabra sirve para hacernos una idea de cuánto dinero debemos tributar a Hacienda cuando ganamos premios en concursos. Y es que, aunque podamos pensar que esto solo ocurre con grandes premios, la realidad es que esta fórmula se aplica desde los grandes botes hasta a las cestas regalo del supermercado y en general a cualquier concurso con premio en el que puedas participar.
¿Entonces qué debo saber para no llevarme sorpresas al ganar un premio?
Pues lo primero es conocer que existen diferencias en la fiscalidad de los premios, dependiendo si se trata de dinero en metálico o si son premios en especie. Es decir, no tributa igual cuando ganas dinero que cuando ganas un coche, por ejemplo.
Los premios en metálico tributan en la declaración de la renta, tanto mediante la retención del IRPF por parte del organizador del sorteo o programa del 19%, como, después, a la hora de hacer la declaración de la Renta, donde el porcentaje variará desde un 19% hasta un 52%, dependiendo de la base imponible y la zona en la que residas.
Pues para Hacienda el dinero de los sorteos es un ingreso que se debe incluir en la declaración de la renta, dado que se tratan de ganancias patrimoniales a integrar dentro de la base imponible general, es decir el premio se sumara a nuestros ingresos para tributar el IRPF, ya que la retención del 19% no es más que un adelanto que pagamos a Hacienda a cuenta de lo que después tendremos que pagar al hacer la renta.
Sin embargo, la cosa cambia cuando el premio del concurso no es dinero, sino un coche o electrodomésticos. Pues aunque, estos casos son exactamente iguales para Hacienda, ya que para ellos la única diferencia entre un premio en especie y otro en metálico tendrá que ver con la retención de IRPF, por lo demás, los impuestos que tendremos que pagar serán los mismos. La clave residirá en el valor del premio en especie, pues será lo que Hacienda va a usar para calcular la base imponible.
Es decir, la Agencia Tributaria utilizará el valor del premio en euros y la cantidad que resulte es lo que sumará como ganancia patrimonial para integrarla en la base imponible de IRPF.
Así, por ejemplo, si ganamos una cesta del supermercado valorada en 1.200 euros, ésta será la cantidad por la que tributaremos en nuestra declaración de la Renta.
Siendo este es el gran problema de los premios en especie, pues dado que no recibimos dinero en metálico podríamos pensar que no estamos obligados a tributar, pudiendo sufrir un gran susto fiscal porque para Hacienda es como si hubiésemos recibido ese dinero en metálico.
Por eso, desde Fimax te aconsejamos que siempre declares los premios que puedas ganar, así te evitarás sustos fiscales innecesarios, y recuerda que desde un gran bote de millón y medio de euros hasta una cesa de la compra valorado en mil euros, ambos serán objeto de tributación fiscal.